Jesús dijo a los jefes de los sacerdotes y a
los ancianos del pueblo: "Escuchen otra parábola. Había un hombre,
terrateniente, que plantó una viña; la cercó, cavó en ella un lagar y
construyó una torre; luego la arrendó a arrendatarios y se fue al
extranjero. Cuando se acercó la época de la vendimia, envió a sus
siervos a los arrendatarios para que recogieran sus productos. Pero los
arrendatarios agarraron a sus criados, golpearon a uno, mataron a otro y
apedrearon a un tercero. A continuación envió a otros siervos, esta vez
en mayor número, y los trataron de la misma manera. Finalmente, les
envió a su hijo. "Respetarán a mi hijo", dijo. Pero cuando los
arrendatarios vieron al hijo, se dijeron unos a otros: "Este es el
heredero. Vamos, matémoslo y quedémonos con su herencia". Así que lo
agarraron, lo echaron de la viña y lo mataron. Ahora, cuando venga el
dueño de la viña, ¿qué hará con esos arrendatarios?' Ellos respondieron:
'Hará que esos desgraciados acaben en la miseria y arrendará la viña a
otros arrendatarios que le entregarán los productos cuando llegue la
temporada.' Jesús les dijo: '¿Nunca habéis leído en las Escrituras:
La piedra desechada por los constructores se convirtió en la piedra angular.
Esto lo hizo el Señor y es maravilloso de ver?
Os digo, pues, que el reino de Dios os será quitado y entregado a un pueblo que producirá su fruto'.
Al
oír sus parábolas, los sumos sacerdotes y los escribas se dieron cuenta
de que hablaba de ellos, pero aunque hubieran querido arrestarlo,
tenían miedo de las multitudes, que lo consideraban un profeta.
viernes, 18 de marzo de 2022
Jesús dijo a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "Escuchen otra parábola. Había un hombre, terrateniente, que plantó una viña; la cercó, cavó en ella un lagar y construyó una torre; luego la arrendó a arrendatarios y se fue al extranjero. Cuando se acercó la época de la vendimia, envió a sus siervos a los arrendatarios para que recogieran sus productos. Pero los arrendatarios agarraron a sus criados, golpearon a uno, mataron a otro y apedrearon a un tercero. A continuación envió a otros siervos, esta vez en mayor número, y los trataron de la misma manera. Finalmente, les envió a su hijo. "Respetarán a mi hijo", dijo. Pero cuando los arrendatarios vieron al hijo, se dijeron unos a otros: "Este es el heredero. Vamos, matémoslo y quedémonos con su herencia". Así que lo agarraron, lo echaron de la viña y lo mataron. Ahora, cuando venga el dueño de la viña, ¿qué hará con esos arrendatarios?' Ellos respondieron: 'Hará que esos desgraciados acaben en la miseria y arrendará la viña a otros arrendatarios que le entregarán los productos cuando llegue la temporada.' Jesús les dijo: '¿Nunca habéis leído en las Escrituras: La piedra desechada por los constructores se convirtió en la piedra angular. Esto lo hizo el Señor y es maravilloso de ver? Os digo, pues, que el reino de Dios os será quitado y entregado a un pueblo que producirá su fruto'. Al oír sus parábolas, los sumos sacerdotes y los escribas se dieron cuenta de que hablaba de ellos, pero aunque hubieran querido arrestarlo, tenían miedo de las multitudes, que lo consideraban un profeta.
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